El mayor error que cometemos con nuestra transmisión
Si llevas un tiempo montando en bici, es muy probable que estés cometiendo uno de los fallos más graves que se pueden hacer en el mantenimiento… y lo peor: es un error silencioso.
No rompe la bici de golpe. Pero la mata poco a poco.
Ese error es lubricar la cadena encima de toda la suciedad acumulada.
Sí, así de simple. Así de común. Así de destructivo.
Normalmente los ciclistas solemos pensar en desengrasar la transmisión una o dos veces al mes cuándo hacemos una limpieza más en profundidad de nuestra bici, pero es un fallo ya que vamos dejando durante días que se acumule la suciedad y genere efectos negativos en la transmisión.
Por qué este error es tan grave
Cuando lubricas la cadena sin limpiarla:
1. Creas una capa que destruye transmisión
El polvo + grasa vieja + lubricante nuevo = una pasta abrasiva que desgasta los componentes de forma prematura
Resultado:
- Desgaste prematuro
- Transmisiones que duran la mitad
- Cambios que dejan de ir finos
2. Tu bici se vuelve más lenta (literalmente)
Una cadena sucia aumenta la fricción muchísimo.
Es como pedalear con un freno ligeramente puesto.
Estudios reales muestran que una cadena sucia puede hacerte perder entre 3 y 12 vatios gratis. Eso en llano es velocidad, en subidas es sufrimiento y en resumen quedarte descolgado de tu grupeta.
3. El lubricante pierde efectividad
Si aplicas aceite o cera sobre una cadena sucia:
- La suciedad bloquea los eslabones
- El lubricante se queda fuera
- La cadena sigue seca “por dentro” y sucia por fuera
Es decir:
“crees” que la has lubricado, pero en realidad solo la has ensuciado más.
¿Por qué casi todos lo hacen mal?
Porque la mayoría cree que lubricar es “poner aceite en la cadena” y ya.
Y porque nadie te dice que:
- La cadena primero se limpia
- Luego se seca
- Y solo entonces se lubrica.
La lubricación es el último paso, no el primero.
Tardas menos de 5 minutos y te ahorras cientos de euros.
Evitar el mayor error de mantenimiento es tan simple como limpiar antes de lubricar. Dedicar dos minutos a este proceso puede ahorrarte dinero, problemas mecánicos y pérdida de rendimiento. Una cadena limpia no solo dura más: te hace pedalear más rápido, más suave y con menos dolores de cabeza.